La Crónica Sarracina o del rey Don Rodrigo con la destrucción de España, constituye, en palabras de Menéndez Pelayo y Menéndez Pidal, "el más antiguo ejemplo de novela histórica de argumento nacional", cuyo autor, Pedro del Corral, se basó en fuentes muy diversas -La Crónica de Don Pedro, del Canciller López de Ayala, La Crónica de El Toledano, la Crónica Troyana, etc.- para componer un relato fantástico, aderezado con episodios nacidos de su inagotable imaginación y de tradiciones orales reformadas al efecto.
En ella se narran numerosos episodios legendarios sobre el último godo y la pérdida de España, con la participación de personajes tan conocidos como el conde Don Julián, el obispo Don Oppas, el caudillo Tarik, el moro Muza, la Cava, el rey de Córdoba Pelistas, el rey Don Pelayo, Fabila, Miramamolín, etc.
Para dar mayor credibilidad al relato, Pedro del Corral recurre al ardid de considerar autores del mismo a dos supuestos cronistas del rey Rodrigo, llamados en nuestro ejemplar Alastras y Caristes, que narran "de primera mano" escenas presenciadas por ellos mismos, tan sugestivas como legendarias. Se suceden así episodios amorosos, religiosos y sobre todo guerreros o de conquista militar, como la traición de Don Julián, la llegada a la península de los musulmanes, los asedios a Córdoba, Granada, Jaén, Murcia, Orihuela, Toledo, Guadalajara, Medinaceli, etc.; se describe el "Ducado de Cantabria" dando entrada a las insólitas peripecias de personajes como Don Pelayo, Fabila o Doña Luz,... para acabar con el célebre episodio de la "Penitencia del rey Don Rodrigo", quizá la leyenda clave de la narración, formada a partir de la fusión de elementos tradicionales de las culturas árabe, cristiana y mozárabe. Esta última narración -aún viva en la tradición oral, en forma de romance-, ha llegado a ser calificada como auténtico "resto arqueológico de la literatura visigótica".
En particular, el manuscrito de la Crónica Sarracina conservado en el Archivo Municipal de Medina del Campo, fue dado a conocer en 1991 (Sánchez del Barrio, A.: Un nuevo ejemplar de la Crónica Sarracina... Rev. de Folklore, nº131, pp.147-157) uniéndose de este modo a los nueve manuscritos conocidos hasta entonces, conservados: tres en la Biblioteca de El Escorial, dos en la Biblioteca del Palacio Real y los cuatro restantes, respectivamente, en las Bibliotecas Nacional de Madrid, Pública de Oporto, Catedralicia de Toledo y Particular de Don Carlos Álvarez, todos ellos, como en el presente caso, originales de las postrimerías del siglo XV. Con la llegada de la imprenta, esta obra conocerá numerosas ediciones tipográficas, siendo las primeras las de Sevilla (1499, 1511, 1522, 1527 y 1587), Valladolid (1527), Toledo, (1549) y Alcalá de Henares (1587).